Inaugura martes 27 a las 19 hs.
Texto de Andrés Labaké / Hay ciertas continuidades que resultan interesantes.
Que determinados ciclos y programas persistan, aún con sus saludables reformulaciones, es algo a lo que no estamos muy acostumbrados.
Es probable que esta continuidad nos permita poder profundizar nuestras reflexiones y evaluaciones
críticas, sobre estos proyectos particulares y sobre las prácticas artísticas en general.
La quinta convocatoria rehace la pregunta. Un cuestionamiento que afortunadamente comienza a
desentenderse de una posible connotación peyorativa o inquisidora, riesgo con el que corría desde
su enunciación.
Comprendida cada vez más como una práctica histórica pero factible de dar cuenta y ser parte de la contemporaneidad, de límites difusos y trasladables, disponible para transitar los diversos e inciertos caminos de la experimentación, del ensayo y del pensamiento; la pintura, pareciera insistir, reinventarse, y operar pacientemente, invitando a cierto detenimiento, o desaceleración en la aprehensión de las experiencias.
Asombra en su modo de exhibir la intrínseca inconmensurabilidad de todo lenguaje.
Probablemente las preguntas sean varias y diversas
¿Qué pintura? ¿Cómo practicarla?
¿Qué arte?
¿Qué arte produce hoy un re pensarnos, una re problematización?
¿Qué arte intenta una manera alternativa de subjetivar, y una construcción de sentido crítico?
¿Qué arte es viable hoy para conmover, para inestabilizar estructuras, para provocar desplazamientos?
¿Qué arte hoy opera en contexto y con su comunidad? ¿Cómo hacerlo?
Es al menos un ejercicio entretenido y que tal vez sume abordajes alternativos, conceptuales y
sensibles, el invitar a artistas a acercarse a este cuestionamiento. Plantearles estos interrogantes.
Descifrar posibles respuestas desde la pintura misma.
Y proponerles elaborar una breve reflexión que nos aproxime a sus construcciones discursivas y a
los lugares desde donde las erigen y desarrollan.
En uno de los órdenes posibles, tal vez nada aleatorio, Panosetti, De Monte, Rey, Calvo y Böer, aceptan el desafío de la pregunta que es título del ciclo, y ensayan sus convencidas, sensibles y temporarias respuestas.