PASEO DE LAS ARTES DUHAU

Alejandro Avakian sostiene una prolífica labor pictórica donde el color es la voz cantante de sus obras.

Si bien la presencia explosiva del mismo apela directamente a una percepción emocional, en una segunda lectura es posible reconocer formas.

De este modo, la obra invita a la participación activa del espectador para encontrar la figura que subyace expandida en el trazo-color.

Avakian trabaja con formatos que sobrepasan los 3 metros y que llegan incluso a los 4.5.

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El espacio es la condición de la experiencia, de la vida misma. Por eso para Avakian el espacio de la calle, del taller y de la tela son espacios diferentes pero a la vez el mismo.

El resultado de esta dualidad que une como un puente Barracas y Brooklyn, le ha permitido una liberación de las formas, cada vez más abiertas y sensibles, más brutales e impredecibles.

Ambos barrios miran al centro de la ciudad desde la periferia. Su energía se encuentra en el gesto del pincel con el espacio de la tela. Allí transita libremente entre el abierto espacio de la telas y en la receptiva tensión de sus papeles.

Adriana Laurenzi