En Criptogramas, ambos artistas nos proponen sutiles mensajes cifrados, de apariencia fragmentada, pero que mantienen una indivisible y vigorosa unidad que los sustenta. Los trabajos de Lucas Pertile y Mónica Ambrosi, son destellos de un sueño enigmático, que revela la caótica coherencia de lo inconsciente.
En Lucas Pertile, su paisaje onírico incorpora la imagen total de un espacio, al que solo acceden los espíritus descarnados y sin tiempo. Todo pareciera caber allí: la intensidad de sus colores, la diversidad de las formas, la ilusión, la ternura, la tragedia, lo insondable… en un aquelarre sin fin.
En Mónica Ambrosi, veladas imágenes corpóreas de seres etéreos y difusos que, entre luces y transparencias, animando la naturaleza, nos revelan su identidad esencial. Espíritus divinos que se corporizan como ninfas, que no envejecen ni mueren y vigilan sigilosas el destino de los mortales.