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Reconquista 761 - PA 14 [mapa]
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Duele

Karina Maddonni

Del 19 de Noviembre al 07 de Diciembre de 2012 - Inaugura: 19hs  - Entrada: libre y gratuita

 
 

TEXTO CURATORIAL

 

En Le Pli, libro textil que Karina Maddonni realizó en 2010, aparece inscripta una frase-deriva de Gilles Deleuze: “Envuelva su dolor y despliegue su placer”; el modo imperativo de la enunciación, al extender en el tiempo su eficacia desiderativa e instruccional, parece otorgar al actual Duele una orientación al ruego. Duele es el montaje a partir de la herida.    

 

No existe ninguna distancia entre aquello que la obra expresa y su funcionamiento. Duele actúa por restituciones: la indulgencia de las gasas, la inconstancia del vellón, la integridad textural sobre la que el detalle se transfiere; planos grávidos de reversibilidad y volúmenes muelles a la representación… Y el color que tiende confiadamente al blanco: una claridad que resiste el desgarro; pureza, inocencia y luto.  

 

Para dibujar el trazo de la herida será preciso adentrarse en el matiz e interrogar la calidad del hilo; construir las formas flexibles y leves, vulnerables y disponibles. El dolor no tiene rectas. Si el sentido coloniza la visión, se reconocen en el sitio sujetos u objetos específicos, géneros o estilos de adscripción. No obstante, si la sensibilidad redime sus fantasmas, puede capturarse una escenografía. Está hecha con materias diversamente creadas y complejos enlaces por contacto; líneas y tensiones que fugan hacia el cuerpo del espectador para solicitarlo como agente de la dramaturgia.  

 

El dolor es una experiencia conmovedora y mucho depende de la acción amorosa. Duele escenifica una similitud porsimpatía que opera sin planificación, sin distancias determinables, sin encadenamientos prescritos. En el libre juego de las profundidades del mundo, donde el grito yace, lo blando elige el modo de silencio. Lo blando, sus semejanzas, proveen devenires benévolos; la traza de un plan relativo cuyo futuro es la inmanencia.  

 

El juego de lo inminente construye a la vez la consistencia y su ejercicio; es el marco de activación del montaje. Por obra del agente, las formas se deshacen y rehacen; por la mirada del espectador, el fragmento se alucina. Duele es tiempo presente. Ahora, cuando se hace imprescindible cuantificar: siempre se trata de una sola pieza, todo es un mismo plano, un único órgano. Aquí, donde es necesario interrogarse sobre aquello que se siente como déficit: lo inestable, lo partido, lo rasgado, lo mórbido. Enfermos, dolientes. Coser no tiene nada que ver con significar sino con cartografiar la diferencia como porvenir deseante. Un plan que, en el repliegue de la dermis, riza el cuerpo desde la sutura y predispone a descifrar lo familiar.  

 

Lo innombrable es esa tela que hace órgano, y ese órgano que, configurando cuerpo, hace alma. Ese plano-plan que gestó una separabilidad trunca. La partición fue imposible porque el entorno conspiró contra ella. Y los pliegues asumen la rebeldía de la inflexión para ganar la batalla contra lo perfecto. El alma está inclinada. Por fin, ¿no es el dolor el alerta de un peligro de daño? Dolor y daño tienen carácter enigmático. Y al arte le fascinan los enigmas.

 

Duele es una de las prosodias de lo irreversible. Si dentro de cada abismo existe un nuevo abismo, seguir las cuerdas de la herida, entregar el mapa de sus modulaciones, parece un convite a la resonancia. Transferir la experiencia de lo ominosamente presente es un ruego en el plano de la ética, requiere una humanidad que está por venir. Y, en ocasiones, el arte es un potentellamado a ese nosotros.

 

Alicia Romero y Marcelo Giménez

Curaduría y textos.

 

ARTISTAS PARTICIPANTES

 
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