Junín 1930
[mapa]
Lun a Vie 14 a 21 hs. Sáb Dom y fer 10 a 21 hs.
www.centroculturalrecoleta.org
Del 16 de Diciembre de 2011 al 26 de Febrero de 2012 - Inaugura: 19hs - Entrada: libre y gratuita
Pintor de destacada trayectoria que acaba de ser premiado en el Salón Manuel Belgrano de Artes Plásticas y que en 2006 obtuvo el prestigioso Premio María Calderón de la Barca.
La muestra está compuesta de 26 obras de gran formato sobre temas de nuestra historia realizadas sobre soporte rígido y con una técnica personal que suma collage, pigmento a la cera, resina poliéster, esmalte sintético y otros materiales, cuyas cualidades le permiten lograr una composición de acentuado clima dramático.
Eduardo Faradje nació en 1957 en Buenos Aires y tuvo una rigurosa formación académica: en la Asociación Estímulo de Bellas Artes, en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova y con Osvaldo Attila, Aurelio Macchi y Guillermo Roux.
En 1986 realizó su primera exposición en la Galería Soudan y en 1988 viajó a España y se instala en Madrid, donde continúa su formación en la Academia Artaquio con el maestro Rosendo Loriente Escallada.
Allí realiza copias de calcos antiguos y comienza su actividad como docente.
En 1990 retornó a la Argentina y desde entonces ha expuesto en importantes escenarios, como la Galería Zurbarán, la Galería Palatina y el Pabellón de las Bellas Artes de la UCA.
En 1998 realizó su primera exposición en el exterior, en la Albermale Gallery, de Londres. Entonces, el crítico de arte del diario The Independent, Richard North, escribió: “Faradje, como todos los grandes pintores, toma los mismos desafíos de la pintura que permanecen desde hace siglos. Su perspicacia radica en transportar la vitalidad que subyace en las sombras".
A propósito de esta muestra, escribió Elio Kapszuk: "son collage matéricos donde Faradje se despoja de todo y se retrotrae a las fuentes antiguas y adopta la técnica de la encáustica que se caracteriza por la utilización de cera de abejas como aglutinante de los pigmentos. Hay trapos, trapos teñidos, quemados, metales. Todo colapsa y se reconstruye. Alegoría, si la hay, de este retorno vital del artista".
Aunque se podría decir que el mejor intento por definir la pintura y el credo estético de Faradje sean sus propias palabras: “El valor que mantengo irrenunciable es lo pictórico: no me interesa lo que digo sino como lo digo (...) soy un pintor que ama la pintura, y que quiere ser lo más fiel posible a su propia sensación”.