La exposición está compuesta por una decena de pinturas de gran tamaño, realizadas en diferentes técnicas pictóricas, en las cuales la artista explora lugares en los cuales estuvo o está en el presente, dejándose llevar por las sensaciones que le despertaban la musica interpretada por su marido mientras ella pintaba.
A propósito de esta experiencia, expresa la psicoanalista y escritora Leonor Curti: “La pintura, en el sutil y excelso pincel de Gisela Gaffoglio, y la música, en la profunda y conmovedora pasión de las composiciones de Nico Posse, toman ventaja allí donde escapan de la diacronía tiránica de la escritura, logrando la superposición y la sobreimpresión de trazos, planos, colores, notas y silencios, en armónica sincronía”.
Por su parte, la artista cuenta: “Ritmos, perfumes, sabores y sensaciones quedan en mí modificándome. Yo, a su vez, los transformo y plasmo, cargados de sentimientos y acertijos personales. En cada ventana espío múltiples intimidades y vidas. Cada puerta es una elección y con ella la posibilidad de un nuevo rumbo. Pintando descubrí que de “puerta” deriva “puerto”. Este lugar a donde se llega al final del viaje promete descanso y seguridad luego del derrotero vivido.”