Perder el hilo
Si algo me interesa sobremanera de la obra de Silvia Battistuzzi es que no se despliega en un marco fijo, sino en diferentes escenarios, así, la pintura, la fotografía o la instalación (en este caso la pintura y la fotografía) son momentos que le permiten escapar o liberar fuerzas que pueden quedar cautivas.
Es bueno perder el hilo y parece ser esto lo que mueve la obra de Silvia, lo que hace que no esté siempre en el mismo lugar y aunque no sea fácil dejar de ser lo que uno era al principio, la pelea de ella parece darse en ese límite entre lenguajes.
Dice ella de sus obras: son uniones ilusorias y fragmentos, el adentro y el afuera, lo íntimo y lo público, enlazados como la cinta de Moebius. Sí, y podríamos agregar que su obra condensa las experiencias vividas en la Patagonia. Piedras, ríos, bardas, bosques, lagos, una morfología a veces árida que en sus manos deviene luminosa. Es el canto rodado convertido en gema o en deshecho donde duerme la memoria.
Dice Jacques Lacan:”Si se inventa es en el sentido de que la palabra invención quiere decir que se encuentra una buena cosa en un rinconcito, dicho de otra manera, que se hace un hallazgo”
Detrás de ese rinconcito andan los artistas.
Eduardo Médici / Curador