Que la pureza esté presente en la mezcla confronta y agita mis efímeras convicciones estéticas. Tomo prestadas esas palabras de una poesía de Rafael Sánchez Ferlosio para forzarlas hacia el contexto del arte.
Nunca encontré objetos, imágenes ni obras de arte puras. En mi propia práctica artística no siento la exigencia de perfección inmaculada e intemporal que entraña la pureza. Al contrario, considero que cualquier experiencia sensible y cualquier producción artística están expuestas a la libre interpretación, a la emergencia de lo contingente y a la imperfección de lo que existe.
Creo que en el arte la mezcla es más que un procedimiento técnico. La considero un despliegue, una experiencia inaugural que puede dar lugar a ocultas correspondencias entre las formas, los conceptos y los materiales. Entre lo mismo y lo diferente.
"La pureza está en la mezcla" también es una alusión: la pureza se origina en la mezcla: su originalidad (su autenticidad) es su proximidad con el origen.
En todo caso, si lo que llamamos pureza aparece, está en las relaciones invisibles de la mirada y lo mirado, de lo sentido, lo pensado y lo dicho. Está en la mezcla de lo real, lo simbólico y lo imaginario.