ARTE X ARTE

Como una historia de desplazamientos signada por la sorpresa, la simultaneidad y el descubrimiento, cada una de estas imágenes no es el resultado de un estudio de campo sigiloso, sino los frutos del encuadre ocioso y la distracción botánica de una flâneur que, por un momento, ha dejado de ser urbana. Lena Szankay emprende una pesquisa aleatoria, sin punto fijo, en la provincia de Buenos Aires (Olavarria), en el campo santafecino y en sus alrededores (Colastiné o Rincón), pero también en la campiña norteamericana (Cooperstown).

Se trata de un viaje no abierto al exotismo, sino a la percepción acompasada y la atención de aquello que destila solidez y poca intervención: el paisaje y que, sin embargo, resulta tan ambiguo como inesperado.

Este trazado abstracto compuesto por escenarios semi rurales, construcciones sin funcionalidad evidente o niños de espaldas, cuya actividad resulta imprecisa, escapa de una cuadrícula plana donde los roles ya han sido asignados.

Transcribir la incertidumbre de un paisaje de malezas, superposiciones cromáticas idénticas y situaciones visuales sin un foco específico, es la función de este reactivador o estado mental en forma de placa fotográfica, cuyo patrón común está a un paso de ser revelado. Una serendipia es un descubrimiento accidental, un hallazgo inesperado cuya irrupción tosca y consciente resulta en la mayoría de los casos un hecho afortunado. El olvido de un componente en la preparación de pegamento de un operario en la fabrica 3M, por ejemplo, y la necesidad de un ingeniero de la misma empresa por detener la caída de los papelitos que marcaban las páginas de sus salmos, descubrieron las notas Post-it.

Antes que el trasfondo de un descubrimiento esquivo, fruto de una concatenación de casualidades, el Serendepia Szankay se ubica en un momento anterior; su lógica vincular no descubre ni señala, expone. Siendo la posibilidad, antes que el hecho, aquello que atraviesa cada una de estas detenciones, convertidas ahora en fotografías.

Mariano Mayer
Curador